Qué son las Mazmorras de BDSM:
La mazmorra es con el nombre que se le conoce históricamente a ese calabozo o celda que sirve para el encierro de presos y suele estar en una zona subterránea .
En el mundo del BDSM( bondage, disciplicina, sumisión, masoquismo), la mazmorra sigue tomando una función muy parecida, los “esclavos” son los presos y se les realiza torturas mediante las prácticas sadomasoquistas.
Estas mazmorras son lugares decorados de un estilo bastante gótico y tenebroso con instrumentos de tortura de muchos tipos y donde “la ama” puede tener su “trono de alteza” y los esclavos sus “jaulas de perros”.
Entre los más habituales están los látigos, cadenas, mordazas, strapon, esposas, cuerdas, pinzas, jaulas, instrumentos de inmovilización, sillas de montar a caballo o pony play(el sumiso toma el rol de un pony o caballo y es montado y domado por su ama), plug anal con cola, collar con correa y máscara de perro para el doggy play,(el sumiso adopta el rol de perro, con su collar, su cadena y su máscara de perro) máscaras de sado y todo tipo de vestimenta de látex, cuero, PVC, prendas sexys como los corset, medias de rejilla o ligas, botas altas, tacones de aguja…
Cada relación de esclavo y ama puede ser muy diferente por lo que no se debe generalizar. Siempre basadas por supuesto en el mutuo acuerdo y respeto de las normas desde el principio .
El código de los seguidores del BDSM, incluye unos principios éticos fundamentales, contenidos en el RAC (riesgo asumido y consensuado).Este establece la obligatoriedad de conocer lo que implican estas prácticas, medir los riesgos, y por supuesto, prevenirlos.
En la cama vale todo, siempre y cuando sea voluntario y consentido, y más en este caso. La prevención de los peligros, unido al conocimiento absoluto de lo que se va a hacer, es indispensable para quienes se deslizan por estos caminos.
En la cama y frente al erotismo, la imaginación no tiene límites pero la vida, sí.
El sadomasoquismo o BDSM y sus curiosos efectos sobre el cerebro:
Según sugiere una nueva investigación científica, el sadomasoquismo, básicamente, al provocar o recibir dolor en el acto sexual, parece provocar un estado alterado de consciencia similar a las experiencias del yoga o de la meditación.
James Ambler, psicólogo norteamericano de la Universidad del Norte de Illinois desarrolló este estudió científico basándose en la experiencia de catorce personas que disfrutaban tanto recibiendo como provocando dolor y cuyos roles se decidían aleatoriamente.
Antes y después de la experiencia sexual, los participantes completaron una prueba cognitiva donde básicamente hacen coincidir palabras y colores y que es empleada para conocer las capacidades cognitivas de cada individuo.
Los resultados demostraron que tanto aquellos participantes que desempeñaban el rol de receptores del dolor, como los que provocaban dolor, registraron calificaciones bajas en las pruebas,esto se traduce en una reducción a corto plazo de las funciones cerebrales localizadas en la corteza prefrontal dorsolateral, que esta vinculada al control ejecutivo, la memoria de trabajo y funciones similares de alta concentración.
Por lo que el sadomasoquismo desarrollado con el sexo pueden estar desviando los flujos de sangre de estas regiones del cerebro, dando lugar a estados mentalmente alterados y explicando fisiologicamente parte del misterio creado acerca de las emociones que genera.
Por otra parte estas zonas del cerebro son las mismas que se activan con las endorfinas, mientras se sueña, bajo el efecto de ciertas drogas, o bien cuando se realizan ejercicios de concentración y se desarrollan elevados estados de la consciencia, como es en el caso del yoga.
BDSM es, a todas luces una paradoja neurofuncional, porque la lógica impide relacionar el dolor con el placer.
La explicación de por qué algunos les gusta hay que buscarla en la acción de los neurotransmisores, como las endorfinas y la dopamina, que en algunas personas puede elevarse a partir de estímulos erógenos, que transforman curiosamente las sensaciones dolorosas en gratas, igualmente genera placer en quien domina.
Sin duda alguna, aún queda mucho por descubrir, pero… ¿Cuánto sabemos acerca de nuestro cerebro y las formas en las que desarrolla nuestros gustos sexuales realmente?. .
Como hemos visto, el dolor y el placer los separa una delgada y fina linea, y van juntos de la mano del sexo.