Sobre el Sado

Hablemos de un tema que puede resultar un poco polémico y tabú para algunas personas, pero que es una práctica sexual bastante común y aceptada dentro del mundo BDSM: el sado .

Primero que nada, hay que aclarar que el sado es una práctica sexual consensuada y segura, donde una persona disfruta del dolor físico o psicológico durante el acto sexual. Es importante recordar que siempre debe ser con el consentimiento de ambas partes y que se deben establecer límites claros para evitar situaciones peligrosas o daños físicos irreparables.

Dicho esto, el sado en Valencia (por ejemplo) puede ser una forma interesante y excitante de explorar la sexualidad y el placer en pareja. Algunas personas disfrutan de ser sometidos a castigos físicos, como azotes, ataduras, flagelaciones o pellizcos, mientras que otras disfrutan de los castigos psicológicos, como el humillamiento, la degradación o la negación del placer. Y hay quienes prefieren combinar ambos.

Es importante tener en cuenta que el sado en Valencia no tiene nada que ver con la violencia o el maltrato, ya que todo debe ser consensuado y seguro. De hecho, dentro del mundo BDSM, se promueve el respeto y el cuidado de la otra persona, y se fundamentan códigos de conducta y reglas muy claras para evitar situaciones peligrosas.

Ahora bien, si te interesa explorar el sado en tu vida sexual, lo primero que debes hacer es informarte bien sobre las prácticas que te interesan y cómo llevarlas a cabo de forma segura. Puedes leer libros, ver videos, unirte a comunidades BDSM en línea o asistir a talleres especializados.

Además, es fundamental que tengas una comunicación abierta y sincera con tu pareja, para establecer límites claros y asegurarte de que ambos están cómodos y seguros. Es importante que sepas escuchar y respetar los límites de la otra persona, y que tengas una señal de seguridad acordada para detener la actividad si algo no está yendo bien.

Otra cosa a tener en cuenta es que el sado puede generar mucha excitación y adrenalina, por lo que es recomendable ir poco a poco y comenzar con prácticas suaves y no demasiado extremas, hasta que te sientas cómodo y seguro para probar cosas más intensas.

Por último, es importante que cuentes con los elementos necesarios para llevar a cabo el sado de forma segura, como por ejemplo ataduras, látigos o mordazas de calidad, que están diseñados específicamente para este tipo de prácticas.

En resumen, el sado es una práctica sexual consensuada y segura que puede resultar muy excitante y satisfactoria para aquellas personas que buscan explorar su sexualidad de forma más intensa. Es fundamental informarse bien, establecer límites claros y comunicarse de forma abierta y honesta con la pareja, para disfrutar del sado de forma segura y satisfactoria. Y recuerda, siempre con respeto y cuidado hacia la otra persona.

Que son las mazmorras de BDSM?

Qué son las Mazmorras de BDSM:

La mazmorra es con el nombre que se le conoce históricamente a ese calabozo o celda que sirve para el encierro de presos y suele estar en una zona subterránea .

En el mundo del BDSM( bondage, disciplicina, sumisión, masoquismo), la mazmorra sigue tomando una función muy parecida, los “esclavos” son los presos y se les realiza torturas mediante las prácticas sadomasoquistas.

Estas mazmorras son lugares decorados de un estilo bastante gótico y tenebroso con instrumentos de tortura de muchos tipos y donde “la ama” puede tener su “trono de alteza” y los esclavos sus “jaulas de perros”.

Entre los más habituales están los látigos, cadenas, mordazas, strapon, esposas, cuerdas, pinzas, jaulas, instrumentos de inmovilización, sillas de montar a caballo o pony play(el sumiso toma el rol de un pony o caballo y es montado y domado por su ama), plug anal con cola, collar con correa y máscara de perro para el doggy play,(el sumiso adopta el rol de perro, con su collar, su cadena y su máscara de perro) máscaras de sado y todo tipo de vestimenta de látex, cuero, PVC, prendas sexys como los corset, medias de rejilla o ligas, botas altas, tacones de aguja…

Cada relación de esclavo y ama puede ser muy diferente por lo que no se debe generalizar. Siempre basadas por supuesto en el mutuo acuerdo y respeto de las normas desde el principio .

El código de los seguidores del BDSM, incluye unos principios éticos fundamentales, contenidos en el RAC (riesgo asumido y consensuado).Este establece la obligatoriedad de conocer lo que implican estas prácticas, medir los riesgos, y por supuesto, prevenirlos.

En la cama vale todo, siempre y cuando sea voluntario y consentido, y más en este caso. La prevención de los peligros, unido al conocimiento absoluto de lo que se va a hacer, es indispensable para quienes se deslizan por estos caminos.

En la cama y frente al erotismo, la imaginación no tiene límites pero la vida, sí.

El sadomasoquismo o BDSM y sus curiosos efectos sobre el cerebro:

Según sugiere una nueva investigación científica, el sadomasoquismo, básicamente, al provocar o recibir dolor en el acto sexual, parece provocar un estado alterado de consciencia similar a las experiencias del yoga o de la meditación.

James Ambler, psicólogo norteamericano de la Universidad del Norte de Illinois desarrolló este estudió científico basándose en la experiencia de catorce personas que disfrutaban tanto recibiendo como provocando dolor y cuyos roles se decidían aleatoriamente.

Antes y después de la experiencia sexual, los participantes completaron una prueba cognitiva donde básicamente hacen coincidir palabras y colores y que es empleada para conocer las capacidades cognitivas de cada individuo.

Los resultados demostraron que tanto aquellos participantes que desempeñaban el rol de receptores del dolor, como los que provocaban dolor, registraron calificaciones bajas en las pruebas,esto se traduce en una reducción a corto plazo de las funciones cerebrales localizadas en la corteza prefrontal dorsolateral, que esta vinculada al control ejecutivo, la memoria de trabajo y funciones similares de alta concentración.

Por lo que el sadomasoquismo desarrollado con el sexo pueden estar desviando los flujos de sangre de estas regiones del cerebro, dando lugar a estados mentalmente alterados y explicando fisiologicamente parte del misterio creado acerca de las emociones que genera.

Por otra parte estas zonas del cerebro son las mismas que se activan con las endorfinas, mientras se sueña, bajo el efecto de ciertas drogas, o bien cuando se realizan ejercicios de concentración y se desarrollan elevados estados de la consciencia, como es en el caso del yoga.

BDSM es, a todas luces una paradoja neurofuncional, porque la lógica impide relacionar el dolor con el placer.

La explicación de por qué algunos les gusta hay que buscarla en la acción de los neurotransmisores, como las endorfinas y la dopamina, que en algunas personas puede elevarse a partir de estímulos erógenos, que transforman curiosamente las sensaciones dolorosas en gratas, igualmente genera placer en quien domina.

Sin duda alguna, aún queda mucho por descubrir, pero… ¿Cuánto sabemos acerca de nuestro cerebro y las formas en las que desarrolla nuestros gustos sexuales realmente?. .

Como hemos visto, el dolor y el placer los separa una delgada y fina linea, y van juntos de la mano del sexo.

El Sadomasoquismo

Un término que pareciera estar de moda para referirse a las personas que les gusta y disfrutan que las maltratan y sin importar que sea de índole afectivo o emocional, aquellos que están en una relación claramente disfuncional en donde su pareja abusa o los maltrata, para los demás seres humanos en el mundo esa persona está en una relación con un sadista y por ende él es masoquista. Una relación en la que uno no existe sin el otro, pero lejos de burlas o ajustes modernos sobre este concepto, ¿sabemos bien que es el sadomasoquismo?

Una historia que comienza con el marqués de Sade, Donatien Alphonse François de Sade, quien además de su título de marqués era un filósofo y escritor de origen francés escritor de numerosas novelas, cuentos, ensayos y piezas para teatro, cuya obra además de prolífica en ella abundaban los antihéroes que protagonizaban historias aberrantes sobre violaciones, las cuales eran justificadas mediante todo tipo de artimañas y mentiras realizadas por sus personajes, literatura en la que siempre triunfo el vicio sobre la virtud, y gracias a su obra fue encarcelado por el antiguo régimen condenado al encierro en un asilo para locos.

Un personaje que paso a la historia convirtiendo su nombre en sinónimo de excitación producida por causar crueldad o dolor a otra persona, a este marques le debemos el termino sadismo, uno que hoy en día sigue siendo tan común y tiene muchos adeptos, desde aquellos que en el acto sexual se visten de cuero y usan látigos para dominar a los demás, a las personas que de alguna forma atormentan psicológicamente a los demás.

Pero el sadomasoquismo es la conjunción de dos conceptos como lo había dicho antes, sin uno no existe el otro y en este caso la palabra tiene una connotación sexual en la que ambas partes están conscientes, desean y disfrutan de la sumisión o la dominación, que muchas personas considerarían como un trastorno mental, para muchos es un placer indescriptible.

El masoquismo es sentir placer al ser víctima de alguien más, el sentirse dominado los hace disfrutar además de excitarlos, los masoquistas disfrutan la sumisión sufriendo dolor físico y mental. Pero algo que muchos expertos en el tema han observado es que el cambio de rol entre dominación y sumisión es factible y las parejas que lo practican constantemente cambian sus roles.

Un placer que socialmente es prohibido tras bastidores y en muchas parejas es comúnmente practicado, es más hasta existen círculos y las sex shops están llenas de estos artículos llenos de cuero y plumas para las personas que les gusta disfrutarlo, pero claro con responsabilidad y nunca lastimando a la otra persona, solo es cuestión del juego de dominación y sumisión, un juego que está respaldado por una palabra segura que al ser dicha para o termina los juegos y la acción.

Lo más común en el sadomasoquismo es:

• Nalgadas o spangkin, normalmente con azotes con varas especiales.
• Bondage este consiste en amarrar al dominado.
• Insultos y Sodomización
• El uso de pinzas

El erotismo en la humillación

Quizás la primera imagen que se nos viene a la mente en el mundo de la dominación/sumisión es el dolor junto con el cuero y látex. Pero hay también otro componente muy importante en estas prácticas que es la humillación, traducida en insultos y trato despectivo.

El sumiso/a se excita al ser tratado “mal”, se siente bajo el control del amo/a que con la humillación afianza su poder sobre el/ella. El placer en estas situaciones tiene un claro componente psicológico, unido a la adopción de un determinado rol y está relacionado con el masoquismo. Las personas dominantes también pueden excitarse al despreciar al otro/a.

¿Y cómo se humilla en los juegos sexuales? Con el insulto verbal, con unas simples bofetadas o escupiendo al sumiso/a. Esta última práctica se conoce en el argot como spitting o “lluvia plateada“. Es habitual que el/la dominante llame “perro/a” al sometido y le trate como tal haciéndole caminar a cuatro patas, poniéndole un collar y paseándolo con correa, haciéndole comer o beber de un plato en el suelo u ordenándole besar y lamer los zapatos del dominante. En sumisos hombres, es interesante el juego de la feminización, donde se viste al sumiso de mujer (con tacones, ropa interior femenina) y se le hace comportar como tal (puede que en tareas domésticas y también en sexuales). A éstos se les llama “sissy“. La excitación para el sumiso/a puede aumentar cuando la humillación es en público, estableciéndose así una relación con el exhibicionismo.

La obtención de placer sexual mediante la humillación se vincula con la actitud dominante que asume la pareja en esos momentos. Este tipo de excitación se clasifica, en psicología, como parafilia (comportamiento sexual donde la fuente del placer no está directamente en el acto sexual propiamente dicho, sino en objetos o comportamientos). Las parafilias no son necesariamente patologías, lo pueden llegar a ser cuando pueden dañar a uno mismo o a otros o cuando se convierten en una obsesión que interfiere con la vida habitual.

AUTOESTIMA Y HUMILLACIÓN

Estos juegos se realizan dentro de un contexto de confianza, consentimiento y respeto donde cada una de las partes sabe lo que quiere. La humillación solo se practica en una determinada situación, para conseguir un ambiente concreto, dentro de un juego. Fuera de ahí, no cabe pensar en llevarlo más allá. La autoestima propia del sumiso/a, en una relación sana, no se ve afectada por estas situaciones en las que cada uno sabe que adopta un rol determinado.

No hay que intentar racionalizar estas prácticas porque seguramente no le encontraremos una explicación. La explicación se basa en el disfrute del sexo a través de aquello que nos proporciona placer. Se basa en vivir una sexualidad sana y libre como forma, también, de calidad de vida.

4 maneras de practicar el sado en Valencia de forma segura.

“El sadomasoquismo es una práctica sexual que usa el dolor y la dominación para conseguir placer, pero siempre y cuando se reconozcan los límites, no tiene nada de malo experimentarlo”, afirma la sexóloga Michela Guarante. En otras palabras, sí se puede realizar sadomasoquismo de forma segura.

Por su parte, el psiquiatra Neel  Burton indica que si se practica de manera consensual, la imposición o recepción del dolor mejora el placer sexual. Siempre consúltale a tu chico si le gustaría ser parte de esta fantasía erótica, antes de intentarlo. De la comunicación que tengan en la cama dependerá el momento placentero que están a punto de iniciar.

Eso sí, el experto asegura que las parejas no deben confundir el sadomasoquismo con agresión sexual.

Entonces, ¿cómo hacerlo de forma segura? 

Los datos  revelan que entre el 7 y 14% de las parejas que propician el sadomasoquismo, lo consumen.

Una investigación de Tilburg University reveló que el sadomasoquismo mejora la salud mental. Si tiene tantos beneficios, ¿por qué no intentarlo?

Basicamente hay una serie de ideas esenciales a aquellas parejas deseosas de dar un giro de 180 grados  a su relación. Aparte de poder estar con una ama domina en Valencia. ¡Atención!

1.    “Privatizar”: ¿Sabías que si tu chico no ve ni escucha, sus sensaciones corporales aumentan? Comienza con una venda en sus ojos y un juego. El amo (la mujer) acaricia al sumiso y le deja saber qué fantasía se le apetece en ese momento. Hazlo sufrir tanto como desees.

2.    Inmovilizar: Quien ata “no es necesario que lo haga con dolor”, comenta la experta. En el caso de los novatos, bastará la sensación de no desasirse. Como precaución, ten cerca unas tijeras escolares en caso de que el atado se agobie.

3.    Azotes: ¿Quieres ir más allá? Empieza con algunas nalgadas suaves. Eso sí, antes de comenzar se tiene que acariciar la zona para relajar a tu pareja. Luego podrás ¡castigar!…

“El objetivo es que quien recibe se relaje, así la sangre se concentrará en la zona aumentará la excitacion. El placer no está en la fuerza, sino en ese juego, que se puede acompañar con caricias genitales”, aconseja la especialista. En tanto, añade que ambos deben estar conscientes y de acuerdo con esta técnica.

4.    Seguridad: Lleguen a un acuerdo sobre la palabra que usarán para pedir que la otra persona se detenga.  Si el sumiso la usa, el amo se detiene inmediatamente. No se vale escoger “no”, “basta” o “para”…

Un último consejo: “Empiecen por algo sencillo (ir de menos a más) y sean positivos asumiendo que se trata de probar, errar, probar y acertar”

sado ama angy

Que es el BDSM ?

No es raro acudir a una escuela a hablar sobre sexualidad y encontrar dudas frecuentes en los alumnos de secundaria sobre temas diversos, las preguntas más frecuentes son sobre los métodos anticonceptivos, ¿cómo saber si tengo una infección? ¿Qué es el sexo oral? ¿Cómo hacer sentir más placer a una mujer? ¿Qué es el fisting? ¿Qué es el sado? Sí, estas preguntas las hacen chicos de secundaria de entre 12 y 15 años. Así que conviene saber qué responderles.

El mundo de la sexualidad es muy amplio y diverso, seguramente alguna vez habrás escuchado hablar sobre las prácticas sadomasoquistas o habrás visto estas siglas BDSM, pero no conoces su significado, bueno pues a continuación haremos una pequeña introducción sobre estas prácticas sexuales.

Las siglas BDSM significan Bondage, Discipline, Sadism y Masochism, que en español se traduce como atar, disciplina, sadismo y masoquismo. Una de las características básicas está definida por la presencia principalmente de situaciones de dominación, dolor, juegos de roles, ejercer el control físico y psicológico, humillar e inmovilizar.

Existe una cultura detrás de estas siglas de la cual gran número de personas son partícipes, donde se cuentan con normas, lenguaje, valores y el sentido de pertenencia al grupo; asimismo, puede ser considerado como un juego muy serio, y como tal tiene ciertas reglas, en el momento en que no se cumplen, se deja de practicar. Al ser partícipe de las prácticas se puede hacer saber en público llevando algún elemento que te identifique como tatuaje, piercing o collares específicos de la cultura BDSM.

Por otro lado, no es estrictamente necesario utilizar látigos, cadenas, látex, cuerdas o tener un espacio exclusivo o determinado para llevarlas a cabo; hay relaciones 24/7, es decir, se toman como parte del estilo de vida, también conocidas como TPE (Potal Power Exchange), APE (Absolute Power Exchange) o TPT (Total Power Transfer), donde la persona que es dominada cede de forma consciente el control para que la persona dominante ejerza los roles a todos los aspectos de la vida cotidiana.

Todo es risa y diversión, pero debes considerar que existe una línea muy fina entre esta práctica y las relaciones de abuso o violencia, lo importante aquí es que todo debe ser acordado, consensuado, que se tenga la disposición de salir del juego o hacer una pausa en cualquier momento, por lo que suele utilizarse una palabra clave para esto, la cual es elegida y respetada por todos los involucrados. Muy dentro de todo este juego de poder existe una amplia disposición a la comunicación, generación de acuerdos, establecimiento de límites y negociación previa a comenzar el juego o, incluso, una relación 24/7.

Finalmente, debes saber que este tipo de prácticas suelen ser censuradas, mal vistas o incluso se llega a decir que está relacionada con trastornos mentales, pero realmente no tiene que ver con eso (a menos que se esté haciendo daño a alguien con dolo y sin respetar el consenso o acuerdos), lo más importante para llevar a cabo estas prácticas es que tú y tu pareja o parejas se sientan cómodas o cómodos ejerciéndolas, lleguen a distintos acuerdos y no olviden tener la palabra de seguridad en caso de que no se sientan a gusto con la práctica; es de suma importancia recordar que lo más importante es la comunicación y el respeto, ya que si no se cuenta con estos, difícilmente se podrá logar una práctica satisfactoria de BDSM.

origen del sado

Nacimiento del BDSM

El BDSM puede parecer un fenómeno relativamente nuevo. El término fue acuñado en 1969 como parte de un ensayo del colaborador de Kinsey, Paul Gebhard, titulado Fetichismo y sadomasoquismo“. Sin embargo, los rastros de tal comportamiento pervertido se extienden mucho más atrás en el tiempo. Muchas culturas antiguas representaban actos sexuales con elementos sumisos o sadomasoquistas. ¡Incluso la primera civilización inscribió cuentos que aludían a BDSM! Vamos a profundizar en los hallazgos arqueológicos y los registros antiguos que sugieren que la historia es mucho más ardiente de lo que creías.

La diosa mesopotámica que dominó a todos con su látigo

Mesopotamia, ubicada en y alrededor de la actual Irak, fue la primera civilización avanzada de la humanidad. Se remonta a más de 12.000 años, fue donde se inventaron las ciudades, la escritura y la rueda. Algunas de las primeras historias puestas por escrito involucran actos sexuales de dominio y sumisión, principalmente en relación con una poderosa diosa llamada Inanna.

Anne Nomis, autora de “The History & Arts of the Dominatrix”, describe tabletas cuneiformes de Mesopotamia que representan la fetichización ritual en la adoración de Inanna (también llamada Ishtar), la principal deidad femenina de la región. Diosa de la pasión, la fertilidad y la guerra, muchos mitos implican que ella invade triunfalmente los dominios de otras deidades. Inanna adoraba su propia vagina. Ella obligó a los hombres a inclinarse ante ella en sumisión. Ella azotó a sus súbditos mientras bailaban para ella, provocándolos en frenesíes sexuales. Un himno sobre Inanna menciona actos como el vendaje, los estados alterados de conciencia y los rituales “imbuidos de dolor y éxtasis”.

Esto solo sirve para mostrar historias que cautivaron a los pueblos antiguos que todavía nos entusiasman.

La flagelación abundó en la antigua Grecia y Roma

Tendemos a pensar en la antigua Grecia y Roma como las principales fuentes de la filosofía, la política, la ciencia y el arte modernos de Occidente, pero ¿qué hay del BDSM? Resulta que estaba en todas partes… si sabes dónde buscar.

En su libro, Anne Nomis menciona la flagelación ritual en la antigua Grecia. Durante el siglo IX, un culto religioso en Esparta dedicado a la diosa Artemis Orthia usó los azotes como un rito de iniciación. Las sacerdotisas supervisarían la flagelación de los jóvenes. El culto fue muy religioso, por lo que no podemos decir con certeza que lo disfrutaron, ¡pero suena divertido!

Más imágenes sexualmente explícitas están en exhibición en la “Tumba de los azotes” de Italia. Construida alrededor del siglo V a.C., se cree que la tumba está dedicada a Dionisio, un dios asociado con el libertinaje. Una pintura de la pared en el interior representa a una mujer azotada por dos hombres durante una cita erótica.

En Pompeya, los frescos de la pared dentro de la “Villa de los Misterios” de sonido sexy muestran a una mujer alada o “Whipstress”. Supuestamente, esta figura angelical inició a las mujeres en el culto secreto de los “Misterios” a través de técnicas como la esclavitud y la flagelación.

Todo esto sugiere que azotar era más que un simple acto de castigo, sino un acto sagrado o incluso sexual en estos tiempos antiguos.

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Rituales y símbolos

Como toda cultura con complejas y ritualizadas formas de expresión, el BDSM muestra una serie de símbolos a los que sus integrantes dan un valor más o menos esencial. Entre ellos, destacan algunos de particular incidencia en los círculos D/s, como el Anillo de O,​ o el collar de sumisión, y otros con un valor más genérico para el conjunto del BDSM, como el triskel o la bandera del Movimiento Leather, la denominada Leather-Pride.

El primero está basado en el triskel de origen céltico, usado por los druidas y abusado en el siglo XX por movimientos y organizaciones de ideología fascista, y no en el triskelion, de origen griego. Sin embargo, Quagmyr (su diseñador) lo aleja del triskel céltico y de las otras manifestaciones simbólicas similares, como los pertenecientes al nacionalismo bretón, al budismo o al taoísmo. El simbolismo que encierra para su creador (y que surge de la lectura de la novela Historia de O) está suavemente encadenado con el del ying y el yang.

Los tres bordes curvos representarían las subculturas B/D, D/s y S/M que dieron lugar al término genérico BDSM. El metal representa los grilletes, que simbolizan servicio y posesión, los tres círculos negros escenifican el control sobre el lado oscuro de la sexualidad BDSM, mientras que la esquemática figuración de los brazos en aspa representa al spanking erótico. El círculo externo es significativo de la unidad en torno a la protectora comunidad.

La bandera del Leather Pride (“orgullo del cuero”) fue diseñada por el activista estadounidense Tony DeBlase en mayo de 1988, para la celebración ese año del certamen International Mr. Leather en Chicago. Cuenta con muchos adeptos entre los grupos homosexuales S/M, aunque se ha extendido como símbolo de identidad para toda la cultura BDSM. Su diseño original se encuentra en el primero de los museos de la comunidad, el Leather Archives & Museum de esa misma ciudad. El museo mantiene una sala con el nombre de su diseñador, uno de los activistas estadounidenses que más intensamente promovió el intercambio de conocimientos y experiencias en el seno de la comunidad.

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Sadismo y masoquismo

«Sadismo» es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias basadas en la confianza,12​ que no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier momento. La persona que adopta el rol sádico, cuida en todo momento la situación de la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, a fin de evitar cualquier daño. Se trata de una práctica erótica que no tiene ninguna similitud con el sadismo criminal.

«Masoquismo» es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, generalmente a manos de otra persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias que no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier momento.

Aunque los roles del sadismo y el masoquismo no son necesariamente complementarios, porque no se presuponen, es habitual vincularlos como un par, utilizando la expresión “sadomasoquismo” y la signa “S/M”.

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Dominación y sumisión

La dominación y la sumisión son prácticas complementarias de intercambios de poder: una o más personas dominan a una o más personas que se someten. Suelen ser referidas en conjunto como D/s, con mayúscula la D y minúscula la s, para denotar la naturaleza jerárquica de la relación.

«Dominación» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol dominante para actuar de acuerdo a su voluntad y su deseo sobre otra u otras personas que adoptan un rol sumiso. La persona en el rol dominante manda y dispone. Se trata siempre de una dominación sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por la persona que acepta ser dominada. El BDSM rechaza toda práctica de dominación, por mínima que sea, que no cuente con el consenso real, pleno, informado y constantemente actualizado de la persona que ocupa el rol sumiso. El consenso pleno en una cualquier relación erótica o sexual, exige como requisito previo que no exista una relación de sometimiento u obediencia real entre las personas involucradas, incluyendo aquellas culturalmente establecidas, como las relaciones de género, laborales, familiares o militares.

Cuando el rol dominante lo ocupa una mujer y el rol sumiso un varón, la práctica suele denominarse femdom o dominación femenina. La persona que ocupa el rol dominante suele recibir el apelativo de Amo, Ama sado en Valencia , Dom, Señor, Señora, Mistress, Máster, Diosa, Reina, etc, siempre en mayúsculas.

«Sumisión» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad de otra u otras personas que adoptan un rol dominante. Es la situación complementaria de la dominación, por ello suele hablarse de relaciones D/s. La persona en el rol sumiso obedece o deja que se actúe sobre su cuerpo. Se trata siempre de una situación de sumisión voluntaria y orientada al disfrute erótico, estrictamente dentro del marco de los límites establecidos por la persona que adopta el rol sumiso, quien puede interrumpir la situación en cualquier instante.9​ La persona que ocupa el rol sumiso suele recibir el apelativo de esclavo, esclava, sumiso, sumisa, sub, etc, siempre en minúsculas.

Según las preferencias personales, las personas que las practican D/s pueden ocupar permanentemente el rol dominante o el rol sumiso, o pueden alternar los roles, en una misma sesión, o en sesiones diferentes o con personas diferentes. En este último caso reciben el nombre de switch o versátil.