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Dominación y sumisión

La dominación y la sumisión son prácticas complementarias de intercambios de poder: una o más personas dominan a una o más personas que se someten. Suelen ser referidas en conjunto como D/s, con mayúscula la D y minúscula la s, para denotar la naturaleza jerárquica de la relación.

«Dominación» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol dominante para actuar de acuerdo a su voluntad y su deseo sobre otra u otras personas que adoptan un rol sumiso. La persona en el rol dominante manda y dispone. Se trata siempre de una dominación sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por la persona que acepta ser dominada. El BDSM rechaza toda práctica de dominación, por mínima que sea, que no cuente con el consenso real, pleno, informado y constantemente actualizado de la persona que ocupa el rol sumiso. El consenso pleno en una cualquier relación erótica o sexual, exige como requisito previo que no exista una relación de sometimiento u obediencia real entre las personas involucradas, incluyendo aquellas culturalmente establecidas, como las relaciones de género, laborales, familiares o militares.

Cuando el rol dominante lo ocupa una mujer y el rol sumiso un varón, la práctica suele denominarse femdom o dominación femenina. La persona que ocupa el rol dominante suele recibir el apelativo de Amo, Ama sado en Valencia , Dom, Señor, Señora, Mistress, Máster, Diosa, Reina, etc, siempre en mayúsculas.

«Sumisión» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad de otra u otras personas que adoptan un rol dominante. Es la situación complementaria de la dominación, por ello suele hablarse de relaciones D/s. La persona en el rol sumiso obedece o deja que se actúe sobre su cuerpo. Se trata siempre de una situación de sumisión voluntaria y orientada al disfrute erótico, estrictamente dentro del marco de los límites establecidos por la persona que adopta el rol sumiso, quien puede interrumpir la situación en cualquier instante.9​ La persona que ocupa el rol sumiso suele recibir el apelativo de esclavo, esclava, sumiso, sumisa, sub, etc, siempre en minúsculas.

Según las preferencias personales, las personas que las practican D/s pueden ocupar permanentemente el rol dominante o el rol sumiso, o pueden alternar los roles, en una misma sesión, o en sesiones diferentes o con personas diferentes. En este último caso reciben el nombre de switch o versátil.

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Bondage y disciplina

«Bondage» es un término inglés referido a la sujeción que implican ciertos vínculos, que se establecen en ciertas relaciones de subordinación. Históricamente, en siglos anteriores, fue un término utilizado para referirse al lazo vincular restrictivo que unía a amos y esclavos, o a señores feudales y vasallos.6​ El término «bondage» también suele ser asociado a las ataduras con sogas u otros elementos de restricción, que se utilizan muchas veces en el BDSM, pero lingüísticamente la palabra «atadura» no proviene del término inglés bond, sino del término inglés bind.6​ Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage entonces, son propiamente las que establecen roles de poder asimétricos, como amo-sumiso, patrón-criado, jefe-empleado, maestro-alumno, policía-detenido, dueño-mascota, etc. En la práctica también se relaciona esta expresión con las ataduras y restricciones con fines eróticos.

«Disciplina» es un término que hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento y posturas, según las circunstancias, etc. Históricamente está estrechamente relacionada con la erotización de la tradicional disciplina inglesa de la época victoriana, aplicada generalizadamente entonces sobre niñas y niños en la escuela y la vida familiar, incluyendo prácticas como el spanking (golpes a mano abierta en las nalgas), el caning (golpes con varas), la humillación, etc.